Autorretrato, 1639 |
Rubens no sólo es el pintor de señoras gordas, retratos increíbles, escenas mitológicas y cuadros religiosos, sino también un diplomático que se movía
como pez en el agua en las Cortes europeas.
Retrato del duque de Lerma, 1600 |
Sabía varios idiomas (latín, alemán,
español, italiano, francés, inglés…), era un hombre cultísimo, apasionado por
la Antigüedad Clásica, con modales propios de un noble y admirado por todos.
Su primera misión fue a los 23 años: el duque de Mantua lo envía como
embajador a España, y qué mejor, pues Rubens era católico y de Flandes. Después de innumerables contratiempos, debidos a su
inexperiencia, encuentra a la Corte en Valladolid, pero el embajador italiano,
Iberti, se “olvida” de presentarle al rey Felipe III. Sin embargo, este viaje a
España le servirá para hacer sus primeros contactos, p.ej., pintará el retrato
del duque de Lerma.