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jueves, 27 de noviembre de 2014

"Laocoonte y sus hijos", El Greco


El Greco, Laocoonte, 1610


Este año que se está yendo fue dedicado a la obra de Doménico Theotocópulos, más conocido como El Greco, para celebrar el IV centenario de su muerte.
Ésta es una de sus últimas obras y la única de género mitológico. Es como un testamento artístico: en ella resume sus raíces griegas, su formación en Venecia y su desarrollo profesional en Toledo.

jueves, 20 de noviembre de 2014

"Verde, que te quiero verde"

(Romance sonámbulo, F.García Lorca)

Picasso, Naturaleza muerta
en verde, 1914
Es el color de la naturaleza, del crecimiento, de la primavera… Lo verde es lo fresco, lo sano (por eso, las farmacias tienen como señal una cruz verde; está presente también en la caja de la aspirina), es lo inmaduro, y por lo tanto, el color de la juventud. Por eso, en algunas representaciones medievales de Jesús o San Juan Bautista como niños, aparecen con este color. Y lo que se espera después de un tiempo de carencia (como en el invierno), también es verde, por eso hablamos de la “verde esperanza”; en los ornamentos de la Iglesía Católica se usa para el tiempo litúrgico ordinario, el tiempo de la espera. Y por supuesto, los “verdes” son los que defienden la protección de la naturaleza.

jueves, 13 de noviembre de 2014

¡La Gioconda se ha ido! (2da parte)

El robo de la enigmática dama

Duchamp, L.H.O.O.C.Q,
1919
El 21 de agosto de 1911 Vincenzo Peruggia, junto con los hermanos Lancellotti, se llevaron la Gioconda del Louvre, sin ningún problema. (Pincha aquí si no has leído el artículo anterior.)

En el juicio declaró que había sido un acto patriótico, aunque era evidente que buscaba dinero. Pero era poco verosímil que él hubiese ideado el plan. ¿Quién estaba detrás de todo esto? En un principio, Apollinaire y Picasso fueron involucrados: pregonaban a todos los vientos que había que matar al arte antiguo para dar paso al nuevo; pero los hechos revelaron que no tenían nada que ver con esto.[1]







jueves, 6 de noviembre de 2014

¡La Gioconda se ha ido!

Leonardo, La Gioconda, 1502
El domingo 20 de agosto de 1911 hacía demasiado calor en París. Poupardin, el encargado de custodiar a la Mona Lisa, se echó una siestita.

Nada ocurría fuera de lo normal. El Louvre cierra los lunes, día de descanso y limpieza. El martes 22 Poupardin retoma su puesto. Louis Béraud estaba copiando la obra maestra de Leonardo, pero al llegar no la encuentra en su lugar. Le pregunta a Poupardin y le dice que quizás se la habían llevado para fotografiarla. No era nada anormal: en esa época no había que pedir permiso para retirar las obras y cualquier fotógrafo podía hacerlo, no había registro de ningún tipo. Y en esa época, el director había ordenado hacer un registro fotográfico de todas las obras. Pasan las horas y Béraud sigue esperando: la dama no vuelve. Nadie sabe dónde está, la buscan por todas partes, no aparece. Dan parte a la policía. Ésta cierra el museo: al público se le dice que es por una fuga de agua. Se cierran las fronteras, se revisan trenes y coches.