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jueves, 18 de diciembre de 2014

Pintando en la costa italiana

Monet en Bordighera
Monet, Palmera en Bordighera, 1884

“ Querida señora,
(…) Cuando he terminado mi jornada de trabajo y me veo solo en una triste habitación de hotel, no dejo de pensar en usted y, si fuera posible, daría cualquier cosa por pasar una tarde a su lado; pero eso ya lo sabe, como también yo sé lo que piensa usted; no está bien que dude de ese modo continuamente de mí. Si soy feliz por trabajar en este hermoso país, mi corazón está en Giverny siempre y para siempre, ¿no lo duda, verdad? Y perdóneme por dejarla sola con todas sus preocupaciones.


Usted tiene sin embargo a su alrededor muchas caras amables, alegría, risas, yo no. Yo trabajo; es para mí una gran fuente de placer, pero es en lo único que pienso.

Monet, Bordighera, 1884
Hoy he trabajado todavía más: cinco telas, y mañana cuento con comenzar una sexta. Esto marcha por lo tanto bastante bien, aunque sea bastante difícil de hacer: estas palmeras me atormentan; y además los motivos son muy difíciles de captar, de plasmar en el lienzo; hay tanta frondosidad por todas partes; es una delicia verlo. Uno puede pasearse continuamente bajo las palmeras, los naranjos y los limoneros y también bajo los admirables olivos, pero cuando se buscan motivos, la cosa es muy difícil. Me gustaría hacer naranjos y limones destacándose sobre el mar azul, pero no logro encontrarlos como quiero (…).
Suyo,
Digo suyo porque es la verdad.
Claude Monet

                                                               W II, 394/ a Alice Hoschédé
Bordighera, 26 de enero de 1884

Monet había conocido esa zona del norte de Italia en un viaje de 3 semanas con Renoir el año anterior. Decide viajar solo (“Nunca es bueno trabajar en compañía”) en busca de nuevos motivos para pintar del natural y se queda 3 meses. Alice no soporta esta separación y le manifiesta en sus cartas su tristeza y celos.
Alice y el artista no estaban casados. Camille, la esposa de Monet había muerto en 1871; Alice continuaba casada con Ernest Hoschédé, quien vivía en París y venía de tanto en tanto a verla. Monet no la tutea: lo hará sólo cuando estén casados (1892), después de la muerte de Ernest.  Las caras alegres que menciona son los niños de ambos: dos de Monet y seis de Alice.
Monet, Calle en Bordighera, 1884
En sus cartas se queja de su incapacidad de plasmar en el lienzo la luz rosada del lugar y el azul del mar; dice que haría falta “una paleta de diamantes y piedras preciosas”. Este viaje dará como resultado 11 telas. Le pide a Alice que lo reciba con champiñones y champán y espera poder fumar su pipa en el diván del taller. Pero no será tan fácil: no le permiten sacar los cuadros a través de la frontera, pues según la ley deben ser revisados antes por una Academia Italiana. Como la más cercana es la de Génova, después de varias gestiones infructuosas, se verá obligado a cruzar la frontera en dos coches por un camino de cornisa, para evitar la aduana.


Fuente: Monet, C. Los años de Giverny: Correspondencia. Madrid, Turner, 2010

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