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jueves, 8 de enero de 2015

En lo de Carmen

Mi amiga Carmen, una apasionada por la filosofía, lleva muy dentro las ganas por aprender y entender. Como no le alcanza con lo que lee, invita a algún experto a su casa para que hable sobre algún tema que le interesa. Invita también a amigas que compartan ese interés y luego, corona la velada con una rica cena.
Hace unos días estuve presente en una de ellas. Éramos unas cuantas. El tema esta vez era sobre la obra de Picasso y estuvo a cargo de la Dra. Asunción Domeño.
¿Cómo hago para contarles a todos Uds. la evolución de la obra de este artista (casi unos 80 años de trayectoria) en 400 palabras? Imposible, pero lo intentaré.


Picasso, El acordeonista, 1911

Asun basó su presentación en el camino de Picasso hacia el cubismo, o sea, cómo fue desarrollándose a partir de la pintura más tradicional hasta llegar a dinamitar los fundamentos de la pintura académica y reinventarla con el cubismo. De la forma completa a romperla en miles de facetas y presentar en el plano bidimensional del lienzo, por medio de la perspectiva simultánea o multiperspectiva, 4 dimensiones: ancho, alto, profundidad y el transcurso temporal de la contemplación del cuadro.


Que no fue el primero en esta búsqueda: Cézanne fue el que comenzó todo…  Y que no hay que dejar de considerar la fascinación de Picasso por las esculturas africanas o ibéricas: una y otra vez aparecen referencias a ellas en sus obras (p.ej.: en las “Señoritas de Aviñón”).
O su afición por los toros… O su época en Barcelona en donde respiró el ambiente del modernismo. O sus primeros tiempos en el “Bateau-Lavoir” o su amistad con Matisse

Picasso, Au bon marché, 1913
Junto con Braque hizo nacer a la nueva manera de pintar: cada uno comenzó a investigar por su cuenta, a la distancia, pero en contacto siempre por carta. Cuanto más rompían la forma, más se perdía la posibilidad de reconocer el objeto, y no era su intención despegarse de la realidad o llegar a la abstracción. Por eso es que ambos comienzan a experimentar con trozos de esa realidad tan esquiva: los “papier collés” o collages. 
El “Guernica” es su obra maestra: fue un encargo del gobierno republicano para el Pabellón Español de la Exposición Universal de París (1937). Lo pintó en 3 meses, (cosa nada fácil pues mide 7,77 x 3,5m), a modo de grisalla, sin color, con aprox. 45 bocetos previos.


Picasso, Las Meninas, 1957
En sus últimos años el afán de experimentación lo lleva a pinturas más cercanas al surrealismo, donde las formas se reconocen y hay volúmenes; aparecen los “remakes” de obras emblemáticas de la Historia del Arte (p.ej.”Las Meninas” de Velázquez).










Y para terminar, su último cuadro, su autorretrato: así es como él se veía a sí mismo con 92 años.

Picasso, Autorretrato, 1973


¡A la querida profesora, muchísimas gracias por su exposición! A la casa de Carmen, un verdadero hogar que acoge y recibe con mucho cariño, también muchas gracias… ¡Y un aplauso a Resu, la cocinera!



1 comentario :

  1. Me ha tocado más de una vez participar en tertulias sobre arte organizadas en alguna casa. Me queda siempre una pregunta flotando en mi cabeza: ¿por qué? ¿Qué es lo que mueve a alguien organizar algo así en su casa, con toda la oferta cultural que hay en la ciudad? Sin duda, el afán de aprender, pero ¿por qué en casa? ¿No alcanza con lo que se ofrece por ahí? ¿Qué es lo que falta?

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