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jueves, 26 de noviembre de 2015

Édouard Manet, En el invernadero




Ésta es una obra que ha dado mucho que hablar a los críticos. Como nos tiene acostumbrados, Manet nos deja una sensación de ambigüedad, como si quisiera decirnos más de lo que nos está mostrando.

jueves, 19 de noviembre de 2015

El cerebro engañado

Las ilusiones ópticas
 
O.Ocampo, Forever always, 1989

Sí, nuestros ojos engañan a nuestro cerebro. Le envían la información de lo que ven, cada uno por su lado, y éste trata de interpretarlo todo, recurriendo a experiencias anteriores, asociándolas y comparándolas. Cuando no encuentra una experiencia semejante que explique esa imagen, la completa como puede. Y en esto se basa el truco de las ilusiones ópticas.


Vasarely, Boo, 1978


La perspectiva es una de ellas, sólo que ya nos hemos acostumbrado después de tantos siglos y forma parte de nuestra manera de mirar. La anamorfosis, sobre la que hablamos hace poco, también es una ilusión óptica, que juega con el punto de fuga. 

jueves, 12 de noviembre de 2015

Reflexiones sobre el arte contemporáneo


Tàpies, Barniz con formas negras, 1982

Hace unos meses me tocó acompañar a unos alumnos a una visita a un museo de arte contemporáneo. No voy a decir cuál, para que nadie se sienta aludido.

Pollock, Dripping con esmalte, 1950

Muy respetuosos, recorrieron las salas sin decir una palabra, atendiendo a las explicaciones de la guía. Antes de tomar el ascensor para bajar y salir del museo, se me acercaron varios, muy perplejos y me decían en voz baja: “Esto es una estafa”, “Esto no lo entiendo”, “¿Y a esto llaman arte?”. Ya dentro del ascensor, una alumna increpó directamente a la pobre chica que nos hizo de guía: “¿Uds. nos están tomando el pelo?” Silencio absoluto: menos mal que el ascensor bajó rápidamente…

jueves, 5 de noviembre de 2015

Esos vuelos de palomas


Matisse y su libro Jazz

Ícarus, 1947 (Jazz)
Matisse se recluyó en Vence durante la 2da Guerra Mundial. Su médico le había aconsejado que se alejara del mar, después de haber sufrido una operación de cáncer de duodeno y una embolia pulmonar. Con 75 años, a pesar de estar recuperado, tenía recaídas, pero esto no le impedía seguir creando desde su cama o desde la silla de ruedas.

Allí, mientras esperaba noticias de su ex esposa y de su hija, que habían sido arrestadas por la Gestapo, comienza a “pintar con tijeras”. No era la primera vez que utilizaba el collage: ya lo había hecho para representaciones teatrales o ballet, pero ahora no tenía la limitación del escenario o del tema. Su afán había sido siempre liberar el color de la línea, del contorno, y al fin lo había logrado con sus “papeles recortados”. Hacía pintar los papeles al gouache y los recortaba con mano segura, con una tijera que le hacía recordar a “vuelos de palomas”. Así es como nace Jazz, su libro de artista.