navigation + slideshow

jueves, 1 de septiembre de 2016

Secreto descubierto

Cézanne, Mme. Cézanne, 1878
Amor a escondidas


“A Émile Zola
(L’Estaque) 23  de marzo de 1878

¡Mi querido Émile!
Casi me veo obligado a ganarme mi sustento, si es que realmente soy capaz de eso. La relación entre mi padre y yo es extremadamente tensa, y corro peligro de perder mi paga. Una carta, que Mons. Choquet me escribió y en la cual habla de Madame Cézanne y del pequeño Paul, ha revelado finalmente mi situación a mi padre, que por cierto ya sospechaba y estaba al acecho; no tuvo otra cosa más importante que hacer que abrir él primero la carta que iba dirigida a mí y leerla, aunque el destinatario era Mons.Paul Cézanne-pintor.
Por esto, confío en la buena voluntad que tú tienes para conmigo, y te pido que intentes, entre tus relaciones y por tu influencia, que alguien me hospede en alguna parte, si lo crees posible. Entre mi padre y yo no está todo roto todavía, así que supongo que no pasarán 2 semanas hasta que mi situación esté completamente solucionada.
Escríbeme (envía tu carta a la oficina de correos a nombre de Paul Cézanne), cualquiera sea la decisión que  tomes en cuanto a mi pedido.
Saludo a Mme. Zola afectuosamente y te doy un apretón de manos con toda mi amistad.
Paul  Cézanne
Te escribo desde L’Estaque, pero regreso hoy a la noche a Aix.”


Cézanne, El hijo del artista, 1878
Así fue cómo el banquero Cézanne se enteró  de la relación que su hijo tenía con Marie-Hortense Fiquet… y de que además tenía un pequeño nieto de 6 años.





Cézanne, L.A.Cézanne, 1866
Paul había conocido a Hortense en la Academia Suiza en 1869. Ella era costurera y lo que hoy llamaríamos una encuadernadora: cosía los lomos de los libros. Para poder ganar un poco más de dinero posaba para los pintores de esa academia. Cézanne quiso mantener la relación oculta, porque, conociendo lo estricto que era su padre en estos asuntos, temía que le quitara la renta mensual que le daba. Sin embargo, su madre estaba al tanto. 

A sus amigos (y en especial a Zola, su amigo de la infancia) les avisa siempre dónde está, para que las cartas no lleguen a manos de su padre. O que usen sólo una hoja para que no sea pesada y no despierte sospechas. A pesar de estas precauciones, el padre siguió abriéndole sus cartas y muchas veces Paul debió escribirlas bajo su vigilancia.

El padre le rebajó su paga, pero no dejó de pasarle dinero. Pero mantener a una familia en esas condiciones era imposible. Una y otra vez le pide prestado dinero a Zola para  Hortense. En 1886 Cézanne le retira el saludo a su amigo cuando publica su novela “La obra”: nunca saldó las deudas que tenía con él. Al menos, ninguno de los 2 habla en sus cartas del asunto. Para esa época, el pintor no tenía problemas económicos: su padre había muerto y le había dejado una pequeña fortuna. Podría haber pagado las deudas sin ningún problema.

Cézanne. Autorretrato con paleta, 1890






Cézanne iba a París de vez en cuando, pero su lugar era la Provenza. Vivía con su madre y su hermana. Era un hombre de campo, rudo y muy poco refinado. (Mary Cassatt cuenta horrorizada en una carta los malos modales de Cézanne al comer, pero a la vez lo alaba como una persona amable y tolerante.)  Hortense prefería París. 








Cézanne, Mujer en azul, Mme. Cézanne, 1902
Se casaron en 1886, pero ya a estas alturas no se toleraban y vivían separados. Los amigos del pintor la llamaban despectivamente “la Bola”: la consideraban una ególatra e interesada por el dinero. Cézanne ni la menciona cuando tuvo que hacer su testamento.

De ella pintó 26 cuadros: no le gustaba posar para él. Y él la pinta siempre con su gesto de desagrado.








Cézanne, El hijo del artista,
1890
Con el hijo no tenía buena relación: decía que era un bueno para nada, que era un vago. Pero ya anciano, fue para él un gran apoyo: le ayudaba a vender sus cuadros, a comprarle materiales, medicamentos o conseguirle unas pantuflas para el invierno.

Ocultar una relación y un hijo durante 9 años no es algo fácil, ¿no?






Fuentes: Cézanne, P. Briefe. Zürich, Diogenes Verlag, 1962
Traducción: C. del Rosso

2 comentarios :

  1. muy graciosa la cara de Hortense posando.... o sería la forma en que la veía él....

    ResponderEliminar
  2. ¡Quién sabe!!! Da la impresión de que ella era así, pues no les caía nada bien a sus amigos...

    ResponderEliminar