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jueves, 2 de febrero de 2017

Paseando por Barcelona


Mir, El jardín de la casa del pintor
En Barcelona se respira arte por todas partes. Realmente Hay muy pocas ciudades en el mundo de las que se pueda decir que pasa esto. Hay perfume a Tàpies, Miró, Gaudí y muy poco de Dalí… Cataluña ha dado una cantidad enorme de pintores de altísimo nivel: éstos que te he dicho antes y tantos otros como Mir, Casas, Rusiñol… Y sin olvidarnos de Picasso que, aunque andaluz, pasó mucho tiempo allí, antes de partir a París.

Y museos y exposiciones, hay muchos. ¿Por dónde podría llevarte a pasear? Pues me decidí esta vez por el Museo del Modernismo Catalán.

¿Qué es el Modernismo? Es un poco complicado explicarlo en pocas líneas. (Y se merece dedicarle un artículo más adelante.) Es un movimiento que surge entre 1895 y 1905 en varios países de Europa, con distintos nombres (Jugendstil en Alemania, Art Nouveau en Francia, Sezession en Austria, Modern Style en Inglaterra) y con muchas ganas de decorarlo todo. Las formas de la naturaleza invaden la arquitectura, los muebles, vestidos, joyas, esculturas, lámparas… Es la Belle Époque. En pintura, como ejemplo: Gustav Klimt o Alfons Mucha.
Riquer Inglada, Cartel de la 3ra exposición de Bellas Artes
e Industrias Artísticas, 1896
Éste es un museo bien jovencito, de apenas 6 años, fundado a instancias de la familia Pinós-Guirao, con fondos privados, y alberga gran parte de su colección. Es pequeño, fácil de recorrer, y te sorprende a cada paso. Está ubicado en un antiguo depósito de la fábrica Fabra & Coats de 1902, en el Eixample, que fue adecuado para mostrar las obras.

(Imagen: C.del Rosso)

En la planta baja vas a encontrarte con una soberbia colección de muebles de la época, cada uno más sorprendente que el anterior. Verás diseños de Gaudí y otros autores. Maderas nobles, espejos, y un sinfín de flores y plantas talladas que se entrelazan, suben y adornan aparadores, mesas, sillas. Un verdadero tesoro para los que se interesan por la decoración de interiores o el diseño de muebles.





La colección de pintura está ubicada en el subsuelo. Un cuadro precioso de Julio Borrel i Pla, luminoso, con toda la espontaneidad que requiere la escena, muy a lo Sorolla. 

Borrel i Pla, La primera tarea

El que más me gusta es Joaquim Mir: me quedé mirando un rato largo sus pavos reales llenos de color, mucho color. Manchas de color, sólo manchas. Un verde esmeralda, ¿cómo te cuento cómo es ese verde esmeralda?
Otro que me gustó mucho es el de Joan Llaverias, un cuadro que refleja muy bien la unión de esta ciudad con el puerto, y ¡qué bien pintados los reflejos en el agua! 

Llaverias i Labró, En el puerto
No puede faltar el gran Ramón Casas. Digno de ver su “Alfonso XIII inaugura las regatas”: pequeñas pinceladas arman una figura aquí y allá y más allá, hasta lograr una muchedumbre en la que cada personaje tiene una actitud y pose diferente.

Casas, Alfonso XIII inaugura las regatas
O todo lo que sugiere el beso de las buenas noches, sin decir mucho más que mostrar a la madre reclinada sobre el niño en su cama.

Casas, El beso de las buenas noches, 1890

(Imagen: C.del Rosso)



Durante todo el recorrido te encontrarás con esculturas increíbles en mármol o en pequeño formato de Lambert Escaler o Miquel Blay.






¡Y los vitrales! La magia de la luz a través de vidrios de colores.

(Imagen: C.del Rosso)
Si andas por Barcelona, te lo recomiendo. Es salir un poco del recorrido turístico típico, de liberarte de las colas y de los turistas: no te decepcionará. Te llevará a los comienzos del sg. XX apenas cruzar su puerta.

¡Ojalá que puedas ir a visitarlo! Y si no se puede, espero que mis palabras te hayan transportado hasta allí por un momentito...


 Web del Museu del Modernisme, pincha aquí.
En marzo comienza una exposición sobre Santiago Rusiñol, ¡te la recomiendo!





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