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jueves, 11 de enero de 2018

Belleza para todos


Morris, Evenlode, estampado sobre tela, 1883
Eso era lo que quería William Morris. Que hasta el más humilde tuviera acceso al arte y que viviera rodeado de cosas bellas. 

También quería recuperar el trabajo hecho a mano, la artesanía. Y que el objeto reuniera lo estético y lo útil a la vez.

Morris, Ramas de sauce, papel mural, 1887

Siempre me fascinó el trabajo de William Morris, del movimiento Arts and Crafts. (¿Me habrán contagiado mis alumnos de la Escuela de Diseño? ¡Hace tanto tiempo de eso!) Esos papeles murales inspirados en la naturaleza, intrincados laberintos de hojas y flores, son increíbles. La exposición “William Morris & Company”, en la sede madrileña de la Fundación March, me atrajo como un imán. No me la podía perder. Sabía que no iba a ver mucha pintura, pero, ¿qué más da? Se discute siempre si el diseño gráfico es arte… Morris diría que sí, una de las “artes menores”, pero arte al fin.


Baillie Scott, Biombo, sg XIX
(Imagen: Victoria &Albert Museum)





En su época no existía el concepto de diseño gráfico como lo conocemos hoy; él pretendía ampliar el concepto de arte a todos los aspectos de nuestra vida diaria: muebles, vitrales, libros, alfombras, tapices, joyas… Lo que hoy llamamos “arte integral”. El puso la primera piedra.








Red House (Upton)
Cuando se casó, encargó su casa al arquitecto Webb. La “Red House” nació del trabajo en conjunto de Morris, Webb y de Burne-Jones. Los 3 amigos no podían encontrar los objetos de decoración apropiados y es así como deciden fundar en 1861 la compañía Morris, Marshall, Faulkner & Co. Ofrecían telas bordadas, papeles pintados, vitrales… En 1875 queda Morris a cargo y la empresa pasa a llamarse “Morris & Co.”; la sede se encontraba en Merton Abbey. No le fue nada mal: exportaban a toda Europa y USA. (Su actividad de empresario no termina aquí: en 1891 abre la editorial Kelmscott Press.)

Burne-Jones, Bearle y Morris, La visión del Santo Grial, 1895
El grupo propugnaba la vuelta a los valores tradicionales, los del campo. E influidos por las lecturas de Ruskin y las novelas de caballeros de Walter Scott, héroes y paladines de la justicia, tomaban como fuente de inspiración a la Edad Media. Se había puesto de moda el gótico: una vertiente del Romanticismo en plena época victoriana (puedes ver mi explicación aquí)

Rosetti, La mujer de la ventana, 1879


Las figuras lánguidas, con tonos de piel apagados, con vestimentas coloridas y arcaizantes son parte del imaginario de este movimiento. Fue una reacción a la Revolución Industrial: humo, fábricas insalubres, salarios indignos, la máquina amenazando los puestos de trabajo… Había que recuperar lo hecho a mano, dignificar el trabajo del artesano y volver a las técnicas tradicionales. Los ideales del grupo se fueron extendiendo por todas partes: en Francia, con el art nouveau; en Viena, los talleres de la Wiener Werkstätte; en Escandinavia, en Barcelona, en USA con F.L. Wright











Watts, William Morris, 1872
Morris era un convencido de que el arte tenía que jugar un rol en la transformación de la sociedad. Pero pronto cayó en la cuenta de que sin educación y sin mejoras sociales esto era una quimera. Se convirtió en activista político (podrás ver en la exposición carteles y manifiestos), defensor del naciente socialismo.

Es emocionante ver los telares en los que alguna vez alguien tejió un tapiz o las planchas, talladas a mano, con las que se imprimieron papeles murales. O esas sillas, que alguien armó y en las que muchos se habrán sentado. O los aparadores desgastados por su uso.








Pocock, El puente de Merton Abbey, sg.XIX
No es una exposición de pintura o de diseño exclusivamente. Lo interesante es ver todo el conjunto, cómo interactúan los objetos entre sí. Cada elemento está puesto en su contexto. La puesta en escena, la recreación, está perfectamente lograda.






La Fundación March no defrauda nunca: la exposición da una idea muy completa de lo que significó Arts and Crafts. Un esfuerzo tremendo, en el que ha colaborado también el MNAC: son casi 300 piezas en total.

Duncan, Los caballeros de Sidhe, témpera, sg.XIX

Si estás en Madrid, no te la pierdas. Está hasta el 21 de enero. Y quizás puedas quedarte a algún concierto o conferencia de los que suele haber siempre. Y si no llegas a tiempo, puedes verla en Barcelona del 22 de febrero al 21 de mayo, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Morris y Dearle, Los frutales (o Las Estaciones), sg. XIX

Y si no puedes o no andas por aquí, te dejo aquí el enlace de la Fundación March, para que pasees por ella, al menos, virtualmente.

Sitio de la exposición Fundación March Madrid

Morris, Madreselva, papel mural, sg.XIX (Imagen: W. Morris Gallery)

Nota: Lástima que no se puedan sacar fotos. Por esto mismo las imágenes que te muestro no son necesariamente de obras que podrás ver allí.


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