Pendenciero, asesino, violento...
Caravaggio era un personaje difícil de someter y de apaciguar.
Contó con el
apoyo de poderosos, que lo protegieron y lo perdonaron una y otra vez. Su
talento y genialidad pudo más que todas esas cosas. Lo que más sorprende en él es la contradicción entre su vida atormentada e inescrupulosa y su profunda comprensión del mensaje cristiano. Como si fuera un ser indomable que busca constantemente el perdón sin alcanzarlo e indagando en los misterios de lo Absoluto.
Fue radical y revolucionario en
su concepción del arte. Partió de Miguel Ángel y lo actualizó. Su manera de
tratar la luz y las sombras dio inicio al claroscuro barroco, al tenebrismo.
Fue un referente para Rembrandt, Rubens, Velázquez, Ribera, Zurbarán, Murillo…