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jueves, 23 de febrero de 2017

Un sueño imposible

La casa amarilla



Van Gogh se fue en 1888 a la Provenza a buscar la luz del sol. Alquiló esta casa, amplia, con lugar para taller, y, además, para fundar allí una comunidad de artistas, donde todos compartieran experiencias (y gastos).

jueves, 16 de febrero de 2017

La historia continúa…

Ranson, Paisaje nabí, 1890

Estaba tomando un café con mi amiga Ana (1) cuando pasó Pedro con el pan debajo del brazo, nos vio y pasó a saludar. Sí, el mismo Pedro del artículo del Simbolismo (si te lo perdiste, pincha aquí).

Pedro me agradeció la explicación del blog y se reía del nombre que le había puesto como seudónimo (no sé por qué, en fin, podría haber sido peor, ¿no?). Ana no tenía idea de lo que estábamos hablando (los acababa de presentar, ellos no se conocían) y la pusimos al tanto, le mostramos las fotos del artículo en el teléfono y ahí quedó la cosa.

jueves, 9 de febrero de 2017

Un día para barnizar

Tàpies, Jeroglíficos 1985

Si nunca te ha tocado barnizar un cuadro, no te puedes imaginar lo tedioso y complicado que puede resultar.

Turner, El héroe de las cien batallas, 1847 (Amplía la imagen
para ver el craquelado)

En primer lugar, si se trata de óleo, hay que esperar por lo menos 6 meses a que se seque la pintura completamente. Los pigmentos tierra (marrones) se secan como mínimo a los 2 días, si es que no estás en una zona de clima húmedo; el blanco de titanio, el verde de cromo, el bermellón, pueden tardar 4 a 6 meses! Y no te fíes de que la superficie aparente estar seca: el problema está en las capas internas. 



Spitzweg, Turcos en el Café, sg. XIX (Amplía la imagen para
ver el craquelado)

Si lo barnizas antes de tiempo, las capas inferiores querrán largar sus vapores, el barniz lo impedirá y con el tiempo tendrás una obra agrietada. Te lo confieso: hablar de vapores es una manera de salir del paso y no meterme en líos; en realidad, lo que ocurre es un proceso químico que se llama oxidación.




Turner, Diagrama para colgar cuadros en la
Royal Academy (Imagen: Tate Gallery 1819)




Y ahí no termina la cosa: hay que hacerlo en lugar cerrado, pero ventilado. No hay nada peor que se te pegue una hojita o polvo o ¡se te quede pegado un pelo de la brocha! Eso: la brocha tiene que ser muy buena para evitar estos accidentes.

Cada artista, cada época, tiene su técnica, sus preferencias, que mate, brillante o semimate..., que oscuro o transparente… Barnizar siempre es aconsejable, ya que proporciona una capa protectora a la obra. Siempre que esté bien hecho, claro.


Cuando hace muchísimo calor en el verano y tú estás en la piscina, yo estoy barnizando mis cuadros. Junto todos los que hice en el año; aprovecho esos días de calor para que se sequen más rápido y poder tener todo bien ventilado sin problemas. También es una manera de ver si el año fue productivo o no, volver a verlos y decidir si hay que retocarlos o darlos por terminados.

Y no es el único uso que se le puede dar al barniz. 

jueves, 2 de febrero de 2017

Paseando por Barcelona


Mir, El jardín de la casa del pintor
En Barcelona se respira arte por todas partes. Realmente Hay muy pocas ciudades en el mundo de las que se pueda decir que pasa esto. Hay perfume a Tàpies, Miró, Gaudí y muy poco de Dalí… Cataluña ha dado una cantidad enorme de pintores de altísimo nivel: éstos que te he dicho antes y tantos otros como Mir, Casas, Rusiñol… Y sin olvidarnos de Picasso que, aunque andaluz, pasó mucho tiempo allí, antes de partir a París.

Y museos y exposiciones, hay muchos. ¿Por dónde podría llevarte a pasear? Pues me decidí esta vez por el Museo del Modernismo Catalán.