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jueves, 13 de julio de 2017

Asignatura pendiente

Inmenso
 
(Imagen: C.del Rosso)

Hacía tiempo que quería conocer el MNAC, el Museu Nacional d’Art de Catalunya. Lo veía allá arriba en el Montjuic y pensaba: “Tengo que ir”, pero siempre pasaba alguna cosa que me impedía llegar hasta allí.

(Imagen: C.del Rosso


Una de las cosas que me hacía descartarlo y preferir otras galerías o museos eran las opiniones que me llegaban acerca de él. Que es inmenso, que hay pocas obras importantes, que hay poca luz, que cuesta orientarse…  Pero yo quería ver los cuadros de Joaquín Mir, suficiente tentación como para subir hasta allá arriba.









(Imagen: C.del Rosso)
Fui muy bien acompañada por mis dos hijos. No son de museos; sin embargo, vinieron con mucho gusto. El día estaba espectacular y nos arrepentimos un poco de meternos ahí adentro, pero era el único día posible. De todas maneras, el paseo por el parque del Montjuic, ver Barcelona desde allá arriba, es una experiencia grandiosa.










(Imagen: C. del Rosso)
El edificio, el Palacio Nacional, fue construido en 1929 a propósito de la Exposición Internacional. Fue inaugurado por Alfonso XIII y Victoria Eugenia. 








(Imagen: C.del Rosso)



Realmente apabulla por lo imponente: la bóveda de la cúpula con sus frescos, las lámparas, las columnas, la escalera monumental. En el hall de entrada, un mural de cerámica de Miró.











(Imagen: C. del Rosso)
Yo quería ver los Mir, así que fuimos directamente a la primera planta, donde está el arte moderno y contemporáneo. Recorrimos todas las salas, prestando atención a lo que nos gustaba.  Hay de todo y, por supuesto, arte catalán: pinturas, esculturas, arte gráfico, artes decorativas (¡los muebles modernistas!). No decepciona: Cataluña ha dado desde siempre artistas de altísimo nivel .  

Rusiñol, Entrada al Moulin de la Galette, 1891



Casas, Rusiñol, Anglada Camarasa, Mariano Fortuny son sólo algunos nombres de artistas ante los cuales no puedes pasar de largo. 







Fortuny, Taller del artista en Roma, 1874





De Mariano Fortuny hay muchísimo: si te interesa, es el mejor lugar para conocerlo, da una visión bastante completa de su obra.










Mir, La Catedral de los pobres, 1898
Y llegué a ver los Mir: gran desilusión. O tienen iluminación muy mala o tienen una pátina gris que pide a gritos una buena limpieza. Eché de menos los colores vibrantes con los que él solía pintar. Me los pude imaginar a través de sus pinceladas, pero ¡no es lo mismo! Pero ¡oh! más adelante encontramos otro Mir, espectacular, La Catedral de los pobres, un cuadro lleno de luz, con la Sagrada Familia en plena construcción. Mir pintando la obra de Gaudí, qué maravilla.




(Imagen: C.del Rosso)
Los carteles modernistas siempre llaman la atención, Nestlé, el ajenjo, el corsé... La colección de muebles es realmente impresionante, pero nosotros optamos por no detenernos ante ellos, para no agobiarnos y poder ver mejor las salas de pintura.







Dalí, Retrato de su padre, 1925
(Imagen: C.del Rosso)



Contemplamos a Zuloaga, a Torres García y a un Dalí



Sorolla, María y Elena con trajes valencianos
1908







También a Iturrino y a algún Sorolla











Zuloaga, Mis primas, 1903



A estas alturas nuestras fuerzas estaban ya agotadas ¡y nos faltaba la planta baja! Allí encuentras la colección donada por Cambó y parte del Thyssen, el Renacimiento y el Barroco y la Edad Media. Se puede ver al Greco, Rubens, Tiziano, Velázquez… Nosotros decidimos dejarlos para la próxima, pero hicimos un esfuercito más para ver el ábside de Santa María de Tahüll. Estar en el MNAC y no pasar a verlo es imperdonable…  




Ábside Sta. María de Tahüll, sg. XII (Imagen: C.del Rosso)
Es que este museo reúne la mayor colección de arte románico del mundo. Me dio un poco de lástima: han sido sacados de su lugar de origen. Quizás así se hayan podido conservar mejor, salvarlos de la Guerra y del afán coleccionista de los americanos. La puesta en escena es un logro museístico.



Anglada Camarasa, Granadina,
1914



A la salida, nos quedamos intercambiando experiencias en la terraza, disfrutando de la tarde, tomando algo fresco. Los comentarios que habíamos recibido previamente eran ciertos. Muchos cuadros no se pueden apreciar por la falta de iluminación apropiada. El recorrido no es previsible y cuesta orientarse. Agrégale que el plano que hay a disposición no corresponde con la realidad.








Mir, La piedra del lago, 1903
Es demasiado grande, hay que ir viendo las salas selectivamente, no se puede ver todo con el mismo interés. A mí me dio la impresión de que se ven en la obligación de mostrar todo lo que tienen para poder llenarlo: ¡son 32000 m²! A pesar de todo esto, es totalmente recomendable, pues la colección es de primer nivel.







Te aconsejo la tienda, una muestra de la creatividad y la pasión por el diseño de Barcelona. El restaurante, en el antiguo Salón del Trono, es realmente espectacular, con vistas increíbles de la ciudad. De noche debe de ser un sueño… Pero, bueno, si no da el presupuesto para tanto, nos queda la cafetería o tomar algo en el mirador!

(Imagen: C.del Rosso)

Nota: Si te interesa el tema del ábside de Santa María de Tahüll te recomiendo que veas esta página: pincha aquí. Se trata del proyecto de mapping y proyección del fresco en la iglesia original.

(Imagen: C.del Rosso)


6 comentarios :

  1. Gracias por tan ilustrativa visita, Cristina. Recorrí el Museo en 1998 y quedé maravillada con la colección de arte románico y con el palacio en sí mismo. Me has reavivado el deseo de volver por todo aquello que no llegué a ver en esa oportunidad.
    Tu blog es fantástico.

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  2. Me quedo con ganas de visitarlo, gracias Cristina!

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  3. Muy bueno el relato del paseo! En cuanto pueda me hago una gran escapada! Saludos!

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